Una amiga muy religiosa me contaba que tiene serios problemas con su mamá ya que ella piensa que siempre tiene la razón. Mi amiga, pues, dentro de lo mucho que conoce - porque conoce bastante - siempre se siente afectada por las opiniones de su mamá, aunque quien tiene la razón sea mi amiga.
En una ocasión, surgió una pelea entre ellas porque algo que cualquiera de nosotros sentía deseos de atacar. Imaginemos la escena:
Mama es ministro de Eucaristía, y un día llegó a su casa con la Eucaristía guardada en su bolsa. Al entrar en la sala y sentarse, abrió el recipiente y en ese momento mi amiga salto de sorpresa y con un tono serio y grave le dijo a su mama:
-. Mama? Que vas hacer?
-. Mama: Me siento un poco cansada y quiero estar un rato con el Señor.
-. Mi amiga: Estás totalmente equivocada si pensas que podes hacer eso.
-. Mamá: Vos no sabes absolutamente nada de lo que estás hablando guirra, solo sos una cipota que de la Iglesia no sabe nada, déjame hacer lo que yo quiera que yo si sé y vos no.
La discusión siguió por más de una hora. Luego mi amiga, al sentir la duda, fue a dirección espiritual donde le explicó lo ocurrido al padre, el cual le dijo: hija tu no estas mal, tu saliste a la defensa de Dios y eso te hace héroe. Pide perdón por tu mama y que el Espíritu Santo ilumine su ignorancia. Mi amiga tiene 50 años de edad, tiene mucho recorrido en la Iglesia y ya han pasado 3 meses del suceso, y aún pelean por eso.
Quiero dejar algunos puntos claros que he reflexionado en base a este evento, y los invito a meditar en cada uno:
El hecho que Dios te haya permitido tener una o varias responsabilidades con El, no significa que sos el dueño de esas cosas y que podes usar tu criterio para tomar decisiones. Sea lo que sea que Dios te haya dado para que se lo administres, tenes que tener un objetivo presente - a parte de hacer su voluntad - y eso es buscar la santidad de los presentes. Mucho de eso sucede con tu ejemplo, con tu testimonio, con tus reacciones, con tu actitud, con tus acciones. No te pases de trágico ni de sabio ni de dramático ni de genio. Santidad de los demás, no tu voluntad.
El hecho que tengas mas años no te hace mas más maduro; eso se alcanza con los dones que el Espíritu te da. Te podes equivocar mucho.
No podes ser reflejo de Dios sino sos humilde. Esa soberbia, si no la podes desaparecer, al menos disimula; representas a Dios, que la gente te huela a Dios, no a vos mismo y tu arrogancia.
No tenes idea de los traumas que podes provocar con tus expresiones. Mucha gente te atenciona, te observa, te escucha; sabe hablar y sabe usar el tono correcto.
Si vas a reprender, que sea con amor, no con dramas y para buscar tu propia pasión de ver todo como vos queres.
Tomate un rato, revisate y no seas Scrooge esta navidad ni nunca.
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