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Es tu año y es tiempo que muchos de nosotros aprendamos un poco más de ti. El papa Francisco hizo una carta solo para ti y la Iglesia se ha dedicado a enseñar un poco más de tu vida y de tu intercesión, la cual nos da la oportunidad de adentrarnos un poco más en tu obra, pero cual es en realidad tu obra?
Santa Teresa de Avila habla de ti en su diario y nos invita mucho a confiar en que, si te pedimos algo con fe, tú lo haces realidad y con eso me quiero quedar hoy. Sin embargo, deseo profundamente agradecerte por todo lo que has hecho: quedarte con Maria cuidándola siempre, aceptar a Jesús siendo su papá, trabajar por ellos, mostrarnos obediencia en la incertidumbre, entre muchas otras cosas que nunca salieron a la luz que quedaron entre tú y Dios. Tu papel fue grande aunque no se hable mucho de ello, y ahora eres un ejemplo a seguir como padre y trabajador, lo cual debemos aprender. Eres todo un maestro pero debemos tomarnos el tiempo de conocerte y a eso nos invita la Iglesia.
La Iglesia menciona varias de tus virtudes, las cuales deseo que sean parte de mí:
· Tu influencia como padre: tu presencia insustituible como padre en la educación de tu hijo adoptivo, lo amoroso y protector que fuiste, incluso en las situaciones más difíciles.
· Tu alegría de ser esposo: como sobrepasaste la duda con virtud y fortaleza al tener que adoptar un hijo que no era de tu sangre.
· Tu fortaleza física al servicio de tu familia: la fortaleza que tuviste para proteger, servir y ayudar a tu familia; firme pero no indiferente ni insensible.
· Tu manera de escuchar a Dios: escuchabas y meditabas en tu corazón la voluntad de Dios para poder tomar las mejores decisiones para ti y tu familia.
· Tu castidad y juventud: fuiste asistido siempre por la gracia de Dios y así nos enseñas que el fundamento de la unión conyugal es la comunión del amor.
Yo confió en ti y deseo colocar algunas cosas en tus manos para que con tu intercesión se hagan realidad. Son cosas altamente importantes, que con tu ayuda y con los demás santos y ángeles que me acompañan, sé que resultaran para la gloria de Dios y mi salvación:
1. …
2. …
3. …
San Jose, te abro las puertas de mi casa que habites en ella junto a Maria y nuestros demás amigos (santos). Te encargo devotamente estos deseos quedando confiadamente en tus manos.
Gracias te doy por abrirte a la humanidad y por el papel en el camino de la salvación. Dejo en tus manos mi alma, la de mis familiares, amigos y demás seres queridos. Nos estamos viendo.
Saludos cordiales 😊
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