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Es imposible no hablar del incidente que se dio en la premiación de los Oscar este fin de semana. Conocemos a Will Smith como una persona alegre, de familia, sencillo, dado mucho a la armonía, etc. Pero en la noche de los Oscar, se vio en una situación en la que se mostró tal cual como un ser humano reaccionando ante un evento incómodo en el cual no se controló y sacó su instinto de protección.
Muchas personas lo criticaron diciendo que no debió actuar así, que fue una falta de respeto. Otros lo aplaudieron, ya que Will defendió la condición médica de su esposa ante un mal chiste. Pero independientemente de como actuo, quiero resaltar un comentario que Will explica, le hizo Denzel Washington: “En tu momento más alto, cuidado, ahí es cuando el diablo viene por ti”.
Cuanta verdad hay en esa frase. Imagínate el momento en el que Will Smith gana su primer Oscar, después de golpear a una persona en el escenario, después de un chiste de mal gusto hacia su esposa, después de un momento que será recordado en la historia del entretenimiento por siempre. De igual forma, Will explicaba en su discurso, que en su industria se tiene que soportar abuso, que la gente te irrespete, que la gente se burle de vos y tenes que poner cara de felicidad, tenes que demostrar que está bien. Todo esto se mezcló en un solo momento. Tantas cosas se pueden dar cuando estás en lo más alto; tantas maneras en las que el diablo te puede tentar a hacer algo, que aunque tenga las mejores intenciones, resulta malo. Cuántas cosas podes hacer bajo una tentación, siendo exitoso, teniendo mucho: proyectos, liderazgo, dinero, poder. Cuantas fallos, cuánta destrucción; cuánto podes arruinar con una frase, con un gesto, no digamos con un golpe.
Tal vez Will no debió golpear a Chris Rock, tal vez no debió insultarlo. Tal vez no debió hacer todo lo que hizo, pero sí debió defender a su esposa y defenderse él y a sus principios. Hizo lo correcto en defender lo que ama y lo que protege. Eso en ningún momento está mal, pero siempre se debe pensar en cómo hacer las cosas. Ahí es donde nos alcanza el diablo porque es en lo que menos pensamos, en esos detalles.
Lo correcto siempre se debe hacer, pero de la manera correcta. El diablo, siendo el mejor de los mentirosos, te va envolver para que lo malo parezca bueno vistiéndolo de justicia, o de amor, o de bondad; pero vas a fallar si lo haces de manera incorrecta. Así te puede engañar, tentandote en hacer algo bueno de mala manera.
Que no te pase. El diablo vive en los detalles.
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