Enamorarse. Muchas personas tienen diferentes opiniones respecto a esta acción, diferentes maneras de demostrarlo y de vivirlo; pero la pregunta es si realmente se está enamorado.
Es necesario siempre hacer un chequeo de cuan enamorados estamos de todo lo que tiene un espacio en nuestro corazón, ya que no es lo mismo estar enamorado que amar, definitivamente no se puede solo amar.
Yo amo porque decido hacerlo. Amar me demanda a mí muchas cosas que debo hacer, que debo llevar a la realidad. Amar a un ser viviente exige: atención, escucha, sacrificio, hacer lo que no me gusta para que ese ser se sienta bien y/o feliz, cuidar, proteger, servir, etc. En pocas palabras, amar es negarme a mi mismo; amar es dejar de pensar en mi para solo pensar en ese ser y que su bienestar se vuelva mi misión. Pero, antes de amar me enamoro, y ese proceso tienen un fin específico.
Estar enamorado es toda felicidad. Es sentir mariposas en la panza. Es vivir en gozo cada momento que se da con ese ser. Estar enamorado es nublarse con la presencia de una luz; no hay nada más, no existe nada más que la mirada de mi amor. Y esta es la parte que todos dejamos atrás.
Siempre se discute en el matrimonio el hecho de ya no tener pasión, de ya no revolotear por todas partes juntos tomados de la mano solo viendo la alegría del otro. En toda la relación se puede entrar en una rutina sombría que no deja nada a la imaginación y no genera ningún tipo de energía para hacer algo más, algo diferente para trascender. Imagínate que sucede cuando uno deja de estar enamorado del Señor.
A veces nos hace falta enamorarnos. Pensamos que con amar es suficiente, con hacer su voluntad, con orar, con hacer esos pasos que tan fervorosamente nos han enseñado en la Iglesia. Si es cierto que todo esto nos ayuda a estar con Él, a vivir en comunión con El, pero créeme que no es lo mismo. En ingles, enamorarse se traduce “fall in love”, fall es caer desde una altura, dejarse ir. Caer en el amor. Cuando estoy enamorado me sumerjo en el amor, me dejo llenar totalmente por el amor, mi corazón ya no se maneja solo.
Si no te has enamorado del Señor, te aseguro que solo vas a cumplir tus obligaciones mas no vas a sentir gozo. Vas a pedirle pero no vas aceptar cualquier cosa de su parte, pues agradarlo no es un objetivo para vos. Vas a avanzar en tu vida con una nube negra encima, sin sol y sin arcoíris.
Dejarte caer es caminar a ciegas confiando, sin cuestionar. Es sentirse bien.
Hace el salto, no te vas a arrepentir.
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