![](https://static.wixstatic.com/media/e84ad0_fe87cfd9a74e4df78bddd2df8c724e9e~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_654,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/e84ad0_fe87cfd9a74e4df78bddd2df8c724e9e~mv2.jpg)
La segunda virtud teologal de la que nos hablan los escritos doctrinales es la Esperanza. Silenciosamente he sentido como es la virtud que menos atención obtiene: en escritos, libros, charlas, etc. talvez no he prestado suficiente atención pero es lo que percibo; siempre la Fe y la Caridad han sido temas de mucho auge, por la profundidad e importancia que tienen en nosotros. Sin embargo, he aprendido el valor de la Esperanza, de su grandeza, a través del dolor.
Wikipedia la describe como un estado de fe y animo optimista basado en la expectativa de resultados favorables, pero la Biblia no está hablando de un pensamiento positivo sino de confiar en Dios. No es lo mismo decir “tengo esperanza” a decir “tengo un deseo”, es una confusión muy humana en la que una vez más queremos ver las cosas a nuestra manera y no verlas como Dios las mira. La Esperanza bíblica es una certeza, no una probabilidad, debido a que en Dios solamente reposa mi alma, porque de El viene mi esperanza (Salmo 62:5).
La Esperanza bíblica es posible cuando existe la creencia en el Dios vivo y esa esperanza ciega es la que a veces es muy difícil de alcanzar, y no porque no tengamos el anhelo de tenerla sino porque se nos pueden presentar muchos obstáculos, los cuales tenemos que combatir. He conocido personas que creen totalmente que Dios existe pero no esperan nada de Él, talvez porque en sus vidas ha habido mucho sufrimiento que no loran ver el favor de Dios, o porque simplemente las cosas no han salido como querían y culpan a Dios de eso. La mayoría de las veces en las que se pierde la Esperanza es por las mismas personas, y esto abre el significado de lo que es la Divina Providencia.
La Escatología presenta la Divina Providencia como un actuar entre Dios y el hombre: Dios va construyendo la vida y junto a las acciones del hombre en un trabajo en equipo. Cada persona tiene un propósito de vida que Dios deposita en su existencia, todos tenemos algo que hacer en base a la voluntad de Dios. Decidir si hacer o no esa santa voluntad es lo que llamamos libre albedrio: Dios nos da la potestad de decir “te sigo o no”, “hago tu voluntad o la mía”. Cuando una vida está lejos de Dios, se pierde fácilmente, en su egoísmo, en sus propios intereses, en sus pasiones, en su concupiscencia ¿Cómo no equivocarnos? ¿Cómo no lastimar a las personas con nuestro egoísmo si ni siquiera sabemos que estamos causando daño porque no conocemos que es bueno y que es malo? Estar lejos de Dios significa ser ignorante, ignorante de lo que se debe y no se debe hacer; ignorante de la repercusión que tienen mis errores ¿Hasta dónde puede llegar mi mala accion que afecta a los demás? Yo puedo tener una certeza que tengo el favor de Dios, que Él está conmigo, que Él quiere que yo esté bien y sea feliz pero mi vida está conectada a muchas personas que pueden no tener la voluntad de Dios presente y que se van a equivocar, que van hacer lo que quieren y no lo que es debido, y que me van afectar. Mucho dolor se crea cuando no hacemos la voluntad de Dios, va más allá de mí y de cómo me afecta a mí, es algo que puede dañar la vida de otros.
Muchas cosas pueden frustrar mi Esperanza: demonios, mi propia debilidad, las personas, etc. pero como la Biblia dice, la Esperanza es una certeza, no como lo dicen las redes sociales y de información: una probabilidad positiva. Sentir Esperanza, tener esa paz de que no importa lo que pase existe una seguridad de que el favor de Dios siempre está presente en mi vida y que no es en base a mi comportamiento sino en base a su misericordia, es el objetivo que tenemos todos aunque no lo podamos definir. El papa Francisco dice que la ausencia de la Fe es también ausencia de alegría, pero yo pienso que no basta solo con creer que Dios está ahí sino que también actúa en mí y que no busca condenarme sino salvarme. Afectamos los planes de Dios cuando no hacemos su voluntad y así afectamos a otros, y para los que creemos en El y tenemos una relación con El, es algo que debemos meditar: no afectar la felicidad de los demás con mis errores, no afectar su espera de algo bueno, de dejar atrás lo difícil y darle paso a nuevas oportunidades. Pero si las personas no escuchan, si el mal se fortalece y nuestra naturaleza humana no lo puede disminuir, es necesario tener la certeza que Dios siempre está presente, que está a nuestro lado, que mi dolor es su dolor, y que a través de muchos medios – sobre todo de la oración – podemos pedirle que nos de la Esperanza, al final, es una virtud teologal solo otorgada por El, es indispensable pedir.
Comments