¿Te has fijado en la gran alegría que tenemos como cristianos esta temporada? ¡Tenemos ya cerca el nacimiento de nuestro todo: Jesucristo Redentor! Y la vivimos a lo grande.
Cuando vamos a preparar un cumpleaños, invertimos mucho tiempo en la planificación: tema, decoración, la comida, los confites, la piñata, las personas que invitaremos, etc., etc. Las personas que somos felices con la Navidad, hacemos cosas muy similares, pero no nos damos cuenta que realmente estamos preparándonos para el más grande de los cumpleaños.
Esta es la fiesta de la alegría, el que nace de lo alto se va hacer pequeño para tu salvación a través de un hermoso si! Cómo no vamos a celebrar esta hermosa fecha, la cual representa para nosotros el nacimiento de nuestro Dios hecho hombre!
Prepárate, porque lo que decoramos es el alma, no una casa; alimentamos nuestro espíritu, no nuestro estómago; endulzamos a nuestros seres queridos con el bálsamo de Jesus; celebramos realmente el más grande de los acontecimientos, el acto de humildad más bello.
Disfruta mucho este caminar, las vísperas del 25 de diciembre. Viví cada momento del Adviento poniendo atención a los detalles que Dios obró para llegar Belén y como Maria tu madre paso cosas buenas y cosas difíciles por ese SI que te prometio. Cada detalle de estas fiestas está determinado para que vivas la alegría del don de la vida de Jesus, para que renoves tus votos con Él y con tu vida misma, para que realmente te encontres amado por Jesus y los tuyos.
Que este nuevo año litúrgico, tu corazón y mente estén siempre preparados para decirle a Dios:
Gracias. Que nunca te falten motivos y tiempo para agradecer al Señor por todo lo que hace por vos y tus seres queridos.
Perdón. Siempre reconoce tus errores y pide perdón con fervor y sentido de enmienda
Ayudame más. No olvides que sin Él no podes hacer nada (de nada), sin pena pedi siempre su asistencia.
Renuevame. Que vaya siempre haciendo cambios en todo tu ser para que alcances esa santidad por la que peleas.
Te Alabo. Que tus glorias sean de Dios y para Dios por siempre.
Te amo. Que tu corazón sea adueñado de enamoramiento por Dios con locura, así como Él te ama.
Comencemos como debe ser este tiempo, y que el resto siga siendo de bendición.
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