La celebración de San Valentin ya está a pocos días, y aunque muchos lo toman no únicamente para celebrar el amor de pareja sino también la amistad, he estado reflexionando en algunas situaciones que se dan entre parejas que - en mi experiencia - vale la pena resaltar y conocer.
¿Alguna vez viste la serie The Office? (sino, te la recomiendo toda la vida, te vas a reir todo el tiempo), en esa serie, se cuenta también la historia de una pareja común y corriente; un amor entre un vendedor y una recepcionista que ya estaba en una relación al comienzo de la historia. Desde ahí ya te podes imaginar que la cosa no pinta bien y que será difícil para Jim (el vendedor).
Es difícil, palabra clave en una relación. ¿Por qué te digo esto? ¿Has notado que entre más difícil se te vuelve algo, más lo aprecias, más lo valoras, más lo respetas? Te aseguro que si decis que si, pueda que te equivoques (Arjona tiene razón ahí) porque lastimosamente el ser humano tiene la mala costumbre de buscar el dolor para entender y no el gozo. A medida que una relación va creciendo y hay altibajos, vas conociendo, más atesorando lo que vas consiguiendo; y cuando tenemos varias barreras por romper, el sentimiento crece de una manera que no lo podría hacer si todo se diera fácil Y es algo que queda tatuado en el alma y el corazón para toda la vida: lo que te costo, lo que te dolio, y el deseo de no sentir nunca el sabor del abandono y pérdida. Y queda como una acción a futuro que no tenes que volver a reflexionar, porque el alma y el cuerpo actúan por inercia para no perder lo que tanto les costó, deteniendo a una mala palabra, a un mal gesto, para no herir al ser amado; siempre buscando su felicidad a través de pequeñas o grandes cosas, en buscar siempre su bienestar. Por lo tanto, al pasar de los años, la relación se vuelve un éxito
Te aseguro que Jesus sabe esto. Jesus conoce como trabaja el ser humano en todos sus niveles, y sabe que las cosas deben ser difíciles para la mayoría. Claro, hay algunos que no necesitan tomarse tanto tiempo para tener una relación de éxito, pero con el Señor es otra cosa. Realmente Dios quiere tener una relación exitosa con cada uno, y cada uno es diferente en esencia.
.No te sorprendas y no te entristezcas y ves que Dios se pierde por ratos, te tiene que doler, lo tenes que extrañar, porque como bien dice San Pedro: “precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.”
Con Dios, una cosa lleva a la otra, no desesperes 🙂
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