El Padre organiza cuidadosamente un juego para su Hijo, un juego que le ha llevado mucho tiempo crear. Lo que el Padre desea es llevar una sonrisa a su Hijo a través de una manera divertida de encontrar un Tesoro.
El Padre elabora un mapa lleno de pistas, algunas claras y otras no tanto. De igual manera se apoya en otro tipo de fuentes para que el Hijo pueda no solo utilizar el mapa sino otros medios interesantes.
El Padre comienza dejando pistas en toda la casa, indicios para llegar al Tesoro. Cada indicio es un conocimiento nuevo que hace que el Hijo conozca mejor al Padre y vaya creciendo en inteligencia para entender mejor el Tesoro.
Aunque a veces el Hijo se cansaba porque la búsqueda se sentía cada vez más larga, el Padre siempre lo motivaba a seguir, le hacía sentir su amor y le dejaba saber que si seguía adelante, crecería más en sabiduría y podría llegar a poseer el Tesoro al final de su búsqueda, con la diferencia que lo apreciaría mejor ya que sabría mucho más.
Al final, el Hijo se mantuvo siempre perseverante. Aprendió a disfrutar de los juegos de su Padre, conoció más y encontró el Tesoro, el cual poseyó por siempre. Pudo reconocer que el Padre se había esforzado mucho por llamar la atención del su Hijo, por hacerle tener una búsqueda divertida y para que el cansancio no pudiera con el gozo de estar en las cosas de su Padre. El Hijo, al seguir los juegos de su Padre, pudo tener momentos llenos de alegrías, de sorpresas y de emoción.
El Hijo alcanzo el objetivo último de su búsqueda y el Padre se regocijo por siempre.
El Padre: Dios
El Hijo: Nosotros
El Mapa: Los Escritos de los Santos
El Juego: La Vida
Las Pistas: Los Conocimientos encontrados en la Sagrada Escritura y demás Escritos
Otros Medios Interesantes: La Tradición
El Tesoro: El Reino de los Cielos
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