El otro día camino al trabajo me encontré en Vatican News la memoria del atentado contra San Juan Pablo II en Roma. Describieron de una forma muy elocuente todo lo sucedido y al final colocaron una cita del Papa Francisco: “La única fuerza capaz de conquistar el corazón de los hombres es la ternura de Dios. Lo que encanta y atrae, lo que doblega y conquista, lo que abre y libera de las cadenas no es la fuerza de los instrumentos ni la dureza de la ley, sino la debilidad omnipotente del amor divino, que es la fuerza irresistible de su dulzura y la promesa irreversible de su misericordia”.
Todo recae en la palabra “ternura”. Definitivamente es un término con el cual no estamos muy conectados - al menos no la mayoría - y es necesario prestarle atención a todo lo que abarca y lo que en realidad significa. Que es ser tierno? Realmente es algo que mi hijo de 45 días nos puede explicar mejor: la dulzura y suavidad son otorgadas a través de la inocencia y limpieza de corazón. Mi hijo solo percibe las cosas a través de los sentidos, el no ve mis errores, no escucha mis malas palabras ni ve mis malas decisiones porque si limpio corazón no conoce de definiciones solo de amor. El está seguro - sin poder definirlo - que cuando cae dormido en mis brazos, yo no lo dejaré caer; sabe que cuando sienta hambre, yo llegaré con su pepito y supliré su necesidad. Bien dice el papa: “la única fuerza capaz de conquistar el corazón..” la ternura de mi abrazo y de mis palabras hacen que mi hijo calme su llanto y sienta paz.
Sería válido decir que si tuviéramos ternura no tuviéramos desconfianza? Sería válido decir que si tuviéramos ternura existiera menor problemas emocionales y mentales? Sería válido decir que en lo último que pensamos es en cómo reacciona la otra persona cuando hablamos rígidamente?
La ternura es todo lo opuesto a la violencia, a la rigidez, a lo áspero, a lo rígido, a la dureza. Preferimos dejarnos ir en brazos de las personas, que con la inequidad del pasado se vuelven fríos de corazón e imposible de confiar. La dureza no permite la conversación, el abrazo, el beso; no entiende de honestidad porque quien va querer hablar la verdad si esa verdad es dolorosa y será mal recibida? Eso es terminar en discusiones y eso cierra puertas. Porque preferimos a las personas y no a Dios? Dios es la perfecta ternura, es una mamá que tiene los brazos más seguros en los cuales jamás caeremos. Dios es la mamá que nos da el pepito y vela con que nunca nos falte las cosas básicas e incluso que no los falten los sueños.
La ternura es una característica de Dios que también nosotros podemos tener y es la única manera en la que nos podemos mantener unidos y en la que nos podemos desarrollar correctamente. Dejémonos tocar por la ternura del Señor y aprender de El a tratar a las personas con delicadeza, a respetar momentos difíciles y a ofrecer ese brazo que nos hace caer tranquilos.
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